El pasado verano, concretamente el 31 de julio de 2012, recibimos una noticia que nos rompió el corazón a todos los que llevamos nuestro tiempo metidos en el mundillo del rock moderno. Tony Sly, cantante, guitarrista y compositor de No Use For A Name, y una gran persona, nos había dejado.
A sus 41 años de edad
y después de haber metido caña con el grupo des de los 17, Tony nos deja en
herencia una de las bases más sólidas del punk rock y el hardcore melódico
actual.
Des de su debut en
1990 con “Incognito” hasta su último “The Feel Good Record Of The Year" en 2008,
pasando por su enorme “Hardrock Bottom” y su bonito “Keep Them Confused”,
además de una carrera en solitario que visitó nuestro país en un par de
ocasiones junto a Joey Cape, vocalista de Lagwagon, encontramos algunos de los
himnos más coreados de la escena de las últimas dos décadas.
Estoy convencido que
no fui el único que, al enterarme de la noticia, lo primero que hice fue coger
mi reproductor y ponerme temazos que nos acompañarán para siempre como “International
You Day”, “For Fiona”, o “Let Me Down”.
Sus profundas letras
aún me ponen la piel de gallina y considero que poca gente puede estar más
orgullosa que este maestro de haber conseguido transmitir tanto con un estilo
como el hardcore melódico.
Empiezan a venirme
recuerdos de las veces que los he visto en concierto, y me doy cuenta que es el
grupo que más veces he pagado por ver. Un par de veces en la sala Apolo de
Barcelona, otra en la sala 2 de Razzmatazz, otra en la KGB… y seguro que se me
escapa alguno. En uno de ellos tuve el placer de conocerlo personalmente. Yo
era un crío en plena edad del pavo, justo acababa de empezar con mi grupo, pero
os aseguro que sus palabras de ánimo para que siguiera adelante con el
proyecto, y la sinceridad de sus palabras, me habrían emocionado de igual
manera hoy mismo. La segunda vez que coincidí con él yo ya estaba más crecidito
y compartimos una gran charla de la que aprendí muchísimo, y llevo el recuerdo
siempre conmigo.
Y lo hicimos. Seguimos
adelante y No Use For A Name siempre ha estado ahí acompañándonos.
Así que ahora lo menos
que puedo hacer es homenajear a nuestro querido Tony Sly, dentro de lo posible,
y despedir este año junto a su voz en mis auriculares.
Descansa en paz, jefe.
A.