MUSE - RESISTANCE (2009)

Vuelven los caballeros de Cydonia más colosales que nunca con el que sin duda se trata de su álbum más completo y elaborado de su carrera muse-ical. Hay que tenerlas bien puestas para reaparecer después de un espectacular “Black holes and revelations” con un disco tan mayoritariamente orquestal y sinfónico, dada la gran cantidad de gente que se sulfura con el más mínimo atisbo de cambio o, mejor dicho, evolución, en la carrera de una banda. Pero el grupo formado por el cantante, guitarrista, pianista y compositor Matt Bellamy, el bajista y corista Chris Wolstenholme y el batería y percusionista Dominic Howard, salta por encima de cualquier crítica y hace lo que le viene en gana, y así lo demuestra una vez más con un álbum con menos guitarreo, pero no por eso menos potente.
Los acordes militares de Uprising se alzan tremendos advirtiéndonos de lo que se nos viene encima: pura revolución. La percusión potente e incluso bailable de Howard nos da una buena muestra de cómo este grupo se las sabe apañar para expresar lo que quiere, y es que esto es de lo mejor que tiene: en muchos casos no hace falta conocer qué dice la letra para saber de qué habla una canción.
La enigmática introducción de The Resistance nos da pie al que podría considerarse uno de los temas más bonitos del disco. Los acordes de piano enganchan a la primera escucha y la vena Queen, que los británicos llevan insinuándonos des de sus inicios, sale completamente a la superficie con los coros del pre-estribillo.
Cuando hablaba de evolución me refería nada más y nada menos que a temas como Undisclosed Desires. Un tema completamente electrónico, bailable, con pegada psicodélica y que seguramente muchos etiquetaran de “demasiado comercial”. Poca gente entiende el concepto comercial y no voy a meterme en debates sobre tal, sólo puedo decir que el tema es musicalmente brillante y que de comercial tiene más bien poco.
Bellamy se siente más a gusto que nunca en su papel de Freddy Mercury del siglo XXI y lo demuestra a más no poder con United States of Eurasia, un tema con pegada oriental, coros al más puro estilo Bohemian Rhapsody y un final aplastante con piano de Chopin incluido.
Guiding Light sigue el mismo patrón “queenero” y tal vez podamos decir que se trata del tema más simple del álbum, más sutil, pero no por eso menos bonito. El solo de guitarra al puro estilo Brian May deja confirmado el rol de la banda en el mundo de la música en nuestros tiempos.
Y aquí, señores, tenemos el bombazo del disco para aquellos que echaban de menos a los Muse de “Origin of Symetry”. Unnatural Selection no se aleja para nada de la línea seguida por el trío a lo largo del álbum pero sus guitarrazos sí nos recuerdan que Muse sigue siendo una banda de rock estelar y electrizante pese a sus claras influencias clásicas.
MK Ultra nos pilla a todos por sorpresa con esa guitarra con sonido electrónico que podría pasar perfectamente por sintetizador, pero todavía nos deja más boquiabiertos I Belong To You / (+Mon cœur s'ouvre a ta voix), un tema romántico con toque francés que le pega a la perfección y con alguna estrofa en este idioma por parte de Matthew (con un acento algo gracioso). Imposible andar por la calle sin seguir el ritmo a cada paso.
Y para acabar nos encontramos con los tres temas con los que unos se caerán de culo con la piel de gallina al escucharlos, mientras que otros más radicales los considerarán una broma de mal gusto por parte de los británicos.
Damos por sentado que cuando un grupo de rock del nivel de estos tres reyes magos incluye tres sinfonías como ending del álbum, es que tiene los huevos cuadrados. Pero les ha salido bien la jugada y es en estos tres temas donde se nota des de lejos que Bellamy, gran aficionado a la música clásica, ha comprimido todo lo que pasa por su cabeza.
Exogenesis: Part 1 (Overture) te lleva a las estrellas con el brutal catálogo de instrumentos y melodías que te llena las entrañas de algo difícil de explicar. La voz celestial del cantante vuelve a aparecer en forma de su característico falsette (no muy utilizado en este disco) para convertirse en un instrumento más, con un murmuro apenas entendible a medida que la canción va subiendo la intensidad para después dejar paso a el piano que caracteriza Exogenesis: Part 2 (Cross Pollination). Esta va volviéndose cada vez más pontente hasta llevarte a un estribillo épico como pocos se han escrito, para luego retroceder hasta el principio. Finalmente el disco concluye con Exogenesis: Part 3 (Redemption). La parte más lenta de las sinfonías nos acompaña con su piano y su melodía hacia el final de un disco con el que el señor Bellamy se sitúa entre los compositores más interesantes y creativos del panorama musical actual y deja a Muse como una de las bandas más ricas y dignas de ser nombradas los herederos de Queen.
Yo no sé a vosotros, pero a mí la letra de esta tercera parte me lleva inexorablemente a hacerle caso: “let’s start over again”.
Voy a darle al play otra vez.